La blogosfera y la constatación del sentido común

Desde que comencé hace tres años con esta maravillosa aventura del blog, he vivido diversas etapas respecto a mi motivación por el mismo. La verdad es que ha habido muy pocos momentos de desmotivación, y una de mis ideas principales, ha sido crear contenidos útiles, más que centrarme en contenidos formales y políticamente correctos que enjabonen mi marca personal. Asumo el riesgo.

Me vienen a la memoria los tiempos como alumno en la facultad de humanidades de Universidad Carlos III de Madrid, hace más de doce años, cuando un profesor de filosofía se afanaba en que utilizáramos una rudimentaria herramienta on line, aún desconocida, llamada “Foro”, alojado dentro de la intranet del campus, en la que debíamos comentar y argumentar nuestras modestas elucubraciones sobre Kant, Heidegger, Wittgenstein y Derrida. Pese a la complejidad de las temáticas, a este gran profesor, lo que le importaba realmente, era nuestra inmersión en este mundo digital que finalmente se ha revelado como el verdadero impulsor de la aldea global que hoy vivimos, y a la que, tal vez, no le sacamos el mejor partido.

En estos días veo confirmada mi idea de que la blogosfera y todo el amplio dossier digital de blogs, web personales, etc,  pueden convertirse en la constatación de lo que podemos llamar una referencia versátil de sentido común. El mejor mecanismo para detectar lo que podríamos llamar una suerte de sentido común o práctica común es la capacidad viral de un contenido. Muchos posts con un enorme número de shares tienen la capacidad de alinearse con paradigmas que las personas asimilan por su contacto con la empresa de hoy y su propia realidad; y por qué no decirlo, por su utilidad. Hemos aceptado la posibilidad de hablar de aquello que nos parece aceptable y lo que no.

Cuando a una persona le dices en un post que no pasa nada por sonreír un poco en una entrevista de trabajo o que tiene derecho a intentar luchar por sus sueños, asumes una responsabilidad como autor, pero el lector al compartirlo, asume otra responsabilidad subsidiaria y plebiscitaria, todavía mayor.

En el terreno laboral teníamos una especial demanda de contenidos por la complejidad de la situación y por la percepción permanente de que estamos en un proceso de cambio de prácticas. Por primera vez, tenemos la posibilidad de aproximarnos a la visión de excelentes profesionales de recursos humanos y relaciones laborales en activo, que pueden proporcionarnos luz en un terreno tan pantanoso, como el liderazgo, gestión de equipos, productividad, entre otros.

Sin embargo, en estos últimos años de inmersión social en el entorno digital, todavía nos falta la inmersión de la clase directiva y su testimonio sobre el mercado laboral, sobre los procesos de cambio empresarial y lo que viene. ¿Para qué lo van a hacer gratis si una escuela de negocios les paga una pasta si restringe ese conocimiento a unos pocos? Precisamente como vía para impulsar a las organizaciones e instituciones en las que colabora o trabaja. También para consolidar una blogosfera de calidad deben de estar presentes todos los actores del entramado de la empresa.

Por eso, invito a que sigamos compartiendo, denunciando, enfadándonos (cuando toque) y disfrutando de este universo paralelo, de este refugio de libertad de las ideas. Resulta inspirador ver tanta creatividad, tanto espíritu constructivo con el noble anhelo de construir una sociedad mejor.