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Destaca como candidato rompiendo estructuras

Tengo que reconocer que en los últimos años he tenido la sensación en algunas entrevistas de trabajo en empresas importantes de que realmente podrían haber sacado más información de mi perfil profesional y personal. Muchas veces influye la necesidad de fijar una serie de estructuras para desarrollar la entrevista que contribuyen a encorsetar todavía más el proceso o generar una imagen corporativa de la empresa estructurada y excesivamente solemne.  La estructura de la entrevista básicamente es: presentación de la empresa y necesidad de la cobertura del puesto, explicación por parte del candidato de aspectos motivacionales para elegir estudios, desarrollo cronológico y funcional de los puestos y cambios profesionales y finalmente preguntas generales sobre el candidato. Como podéis ver es un esquema, muy reducido pero que a todos en mayor o menor medida nos suena. Desde luego, es una estructura  válida, aunque manifiestamente previsible. Sin embargo, con los tiempos que corren, es probable que esa estructura deba de ser profundizada y perfeccionada. Aunque he comenzado poniendo en cuestión la estructura del proceso de la estructura, mi crítica se basa más en una cuestión de fondo más que de forma. ¿Cuántas veces habéis salido de una entrevista con la sensación de que podríais haber razonado o explicado mejor una buena competencia en algún aspecto técnico del puesto o justificar adecuadamente un cambio profesional? Supongo que a muchos de vosotros os habrá ocurrido.  El principal problema es que caemos en ciertas convenciones sobre cómo deberíamos comportarnos en la entrevista. Aparte del traje y la corbata y el gesto grave, nuestro tono de voz se hace más firme y formal y nuestro léxico se vuelve técnico y complejo. Estos hábitos denotan una buena actitud, sobretodo prudente, pero de lo que se trata actualmente es de despuntar y eso no se produce si no somos un poco audaces y nos planteamos la entrevista como una conversación entre dos personas normales, a priori que quieren tener claramente una información muy compleja que trasciende lo que tu puedes contar. Desde mi punto de vista, como candidatos, debemos de crear el mejor marco para explicar nuestras habilidades para el puesto. La persona que te entrevista en primer término, no conoce los detalles de tu experiencia técnica y lo que mejor puedes hacer para ayudarla es humanizar el lenguaje y tono de conversación y contarle tu experiencia como quien cuenta a un amigo el argumento de una película que le ha gustado. Si transmites entusiasmo e interés por tu anterior puesto y has podido demostrar el conocimiento técnico, es muy probable que el puesto sea para ti.  Es importante, dejar caer con mucho cuidado, aspectos de nuestra personalidad con el objetivo de transmitir empatía y adecuación a la empresa o no. Si te gusta el trabajo en equipo, no dudes en contar un proyecto en equipo que haya salido con éxito. Si la actitud de la persona que entrevista va cambiando y se interesa por el detalle de tus puestos, es probable que haya encontrado algo en  tu descripción que le haya llamado la atención y que en la preselección no había visto.  La entrevista de trabajo debería de ser una conversación más personal de lo que pensamos. Hay mucha gente que está en puestos o empresas equivocadas gracias a su capacidad de interpretar un rol en una entrevista de trabajo, o lo que es peor, hay gente ocupando puestos que no tienen nada que ver con lo que les habían vendido en la entrevista por parte del técnico de selección de la empresa. Por eso defiendo, los siguientes principios flexibilizadores y humanizadores de la entrevista:  El mas importante: sinceridad total, aunque implique confesar no tener experiencia en una de las funciones más importantes del puesto en liza. Mi siguiente propuesta derivada de la sinceridad son los siguientes principios:
  1. Lenguaje verbal y no verbal que sea humano, creativo y flexible. Debe de sintetizar y mostrar también algún aspecto de tu personalidad en tu forma de expresar como has vivido determinado puesto de trabajo y las competencias  desarrolladas. 
  2. Pregúntate: ¿Qué puedo hacer por vosotros como posible empleado? En lugar de, ¿Qué podéis hacer vosotros por mí como empresa? 
  3. Intentar conocer cual es la filosofía de empresa y si ésta se ajusta a tu forma de ser y actuar. 
  4. Ten la valentía de mostrar tu mejor “yo”. 
  5. Sorprende al entrevistador sin excentricidades: esto significa conocer muy bien la estructura de la entrevista y tener la capacidad de demostrar auto-critica reconociendo cosas que podrías haber mejorado o cosas que contribuiste a mejorar en tus anteriores puestos. 
  6. No critiques a tus anteriores empleadores. Genera desconfianza y recelo a la contratación por muy bueno/a que seas. 
  7. Date un ligero punto de vehemencia e iniciativa a la hora de explicar motivación por el puesto.
 En el fondo el técnico de selección tiene la función de valorar si tienes posible encaje en la empresa y si te integrarías rápidamente en un equipo. Es muy probable que cómo candidato también tengas tú la capacidad de saber si encajas durante la entrevista. Se honesto contigo mismo y no decidas en función de  lo bien que queda determinada empresa en tu currículum o Linkedin.  Desde la perspectiva de la empresa que selecciona, tal vez sería aconsejable humanizar los procesos de selección, incrementar la transparencia y la relación con el candidato. En el futuro, la adquisición del talento, se va a basar en la capacidad de conectar con el candidato para ofrecer proyectos interesantes y demostrar capacidad de empatía y transmitir valores que motivan a la creatividad, al trabajo duro y recompensado y la transparencia en la gestión. Aunque el la retribución económica es importante, cada vez se difuminando más como elemento para elegir proyecto profesional.

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