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Busque, compare y si no encuentra algo mejor: emprenda o lárguese

La infografía que adjunto en este artículo es interesante por muchos motivos. Podemos ver el coste producción de la hora de trabajo en dólares en significativos países de la OCDE. No hay más que dividir la renta per capita entre el número de horas que se trabaja anualmente de media y tendremos una radiografía muy reveladora sobre nuestra productividad y la de otros países vecinos. Noruega, Holanda y Luxemburgo se llevan la palma en el coste de producción por hora y empleado con valores de 41, 29 y 54 dólares/hora respectivamente. Sin embargo, el dato más revelador es que en Holanda solo trabajan 1.389 horas de media anualmente, gracias a un modelo de flexibilización de horarios comerciales iniciado hace cinco años en el sector público y extendido posteriormente hacia el sector privado. Es cierto que estamos hablando de países muy bien estructurados política y administratívamente hablando, y han alcanzado hace muchas décadas cotas de bienestar elevadísimas, pero debemos de reconocer que son poblaciones mucho más reducidas que la española. En España la media de horas de trabajo por habitante es superior en un 18% al de Holanda, sin embargo el coste de esa misma hora es un 35% inferior en términos brutos.  Por otra parte, nuestro modelo ha sido criticado por nuestros socios europeos por ser demasiado caro y rígido en términos de despido y demasiado complejo en cuanto a diversidad de modelos de contratación- No obstante a pesar de lo difícil y caro que resulta despedir en nuestro país, hemos llegado a cifras de desempleo record que todos conocéis.  Tengo la humilde impresión de que la última reforma laboral es una forma  drástica, pero tal vez útil de inducir el saneamiento o la purga del tejido industrial y empresarial de este país. Es decir, el incremento del número de ERE, el agotamiento del recurso del Fondo de garantía salarial como nunca se había hecho y la falta de políticas activas de fomento del empleo, (incluso reducir dicha ayuda) inducen a pensar que lo que se quiere transmitir a Europa es: “¡-Oyeeehh alemanes mirad! Estamos haciendo lo que queréis y en poco tiempo dejaremos de ser un país de subvencionados y ganapanes. Ya veréis como todos los jóvenes son emprendedores en cinco años”- ¿Alguien sabe cuando nuestros responsables dejarán de engañarse?  Sin embargo, estamos haciendo reformas que afectan a la calidad de vida del empleado o desempleado, clase media española e inmigrante que ha visto reducir sus ingresos, vía incremento de impuestos, o vía reducción de salario o prestación como pocas veces ha ocurrido en España. No hace falta bajar los sueldos en muchos casos,  ya que un despido que se efectúa en junio se cubre en julio con un becario o con puesto de coste inferior. –¿Qué le vamos a hacer?- Dicen los empresarios- Cuando realmente la única medida real y efectiva para fomentar el empleo ha sido descender un ridículo punto la cuota de Seguridad Social a la empresa y diseñar más contratos basura.  Dicho pues, y asumido que estamos en un proceso de reajuste, de saneamiento de cuentas y abandonando ya la soberbia bravucona de emprender grandes proyectos innecesarios, nos encontramos con que nuestro país o gobierno ha perdido el timón de la ejecución de políticas y en poco tiempo un rescate a la banca va a exigir a empleados y desempleados seguir haciendo esfuerzos hercúleos para llegar a fin de mes a mitad del mismo. Para matizar de una forma brillante lo que he intentado explicar,  me voy  a referir a unas líneas de Juan Manuel de Prada, que me han parecido especialmente gráficas para ilustrar una realidad que todos intuimos y que en el fondo agria la sangre a cualquiera. En su artículo de “El semanal de ABC” de hoy domingo, 9 de septiembre el autor, se explica así:  “En efecto tales reformas laborales solo han servido para que los trabajadores sean despedidos a mansalva sin una indemnización mínimamente decorosa; y si, algún día vuelven a ser contratados, tales reformas laborales, servirán para que lo sean en condiciones de oprobio que lindan con la esclavitud, con sueldos cada vez mas zarrapastrosos, vacaciones mas magras y una jubilación remunerada cada vez mas improbable, etcétera. Pero como decíamos, los empresarios que han acogido con alborozo tales reformas laborales estaban excavando su propia tumba: pues más gente  haya desempleada, mas gente sea despedida con indemnizaciones birriosas, cuanta mas gente sobreviva con sueldos de miseria, las posibilidades de que sus negocios prosperen se achicarán, pues no habrá nadie que pueda consumir los productos que tales negocios producen…”)   En el artículo de Prada, Pobreza Controlada, hay muchos elementos de análisis y muchas lecturas que me parecen muy discutibles, pero si que hay sesgos de realidad que están eclosionando en cada vez mas estratos sociales.  Yo no sé si la solución es subir o bajar el salario mínimo, o si debemos de trabajar más o menos horas. Lo que sí que creo y observo es el proceso de devaluación personal y profesional que se está gestando en la mayoría de los desempleados. Se generan muy pocos empleos y en la mayoría de los casos, se sigue profundizando, todavía mas en la precariedad y en la miseria legalizada y bendecida por el gobierno actual y los predecesores. Después de una de cal, viene una de arena, y eso no está pasando. Hasta que no veamos como se reducen de una forma clara y visible el total de los beneficios de la clase política y la reordenación del estado, la sensación será de una amarga constatación de que hemos hecho el idiota formándonos y esforzándonos en trabajar para quedarnos en nuestro país e intentar ser felices en él. Encontrar un nuevo empleo se ha convertido en un ejercicio de resiliencia y auto-devaluación personal. La demanda de profesionales ha contribuido todavía más a cosificar al empleado hasta que el mercado de trabajo es un "busque, compare y si encuentra algo mejor: despídalo. Y si es antes de cumplir el período de prueba, mejor.  Se ha emprendido la construcción de la casa por el tejado, y sobran manos en la obra. Antes de empezar que ajusten la plantilla al mínimo, se organicen comiencen lentamente a medir y a cimentar. Tal vez deberían de tomarse más en serio la “Ley de Prevención de riesgos” y gastar lo justo.  En otro artículo, intentaré plantear soluciones. Os invito a colaborar y a reflexionar sobre ésto

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